miércoles, 4 de diciembre de 2013

Joaquín Casanova, presidente de la Asociación de Editores de Aragón.



Joaquín Casanova, estará este fin de semana en Monzón para asistir a la XIX edición de la Feria del Libro Aragonés como propietario del grupo empresarial Librería Central, S.A. de Zaragoza,  y como representante de la Asociación de Editores de Aragón. 

Él viene encantado cada año por su cargo y por su motivación personal.

La asociación está formada por unos 22 asociados y tiene como finalidad principal unir esfuerzos junto a los libreros y escritores.


En Aragón hay muchas editoriales y eso es bueno, quiere decir que lo hacemos bien, 
que somos de calidad.


Joaquín habla con orgullo de su oficio porque cuando las ediciones se hacen bien, cuando se cuida la maquetación, las impresiones, las encuadernaciones, los diseños de portada… el trabajo sale muy bien presentado y eso se nota respecto a otras comunidades.

Es importante tener presencia en las ferias y la de Monzón es de las más relevantes. 
Hay que asistir, junto a los autores, para presentar las ediciones de sus obras, acompañarlos en la promoción y apoyarlos en sus ventas. 
Otros eventos como presentaciones de libros con los autores en los colegios, tanto infantiles o juveniles como de adultos, en pueblos pequeños, en club de lectura, en semanas culturales... son las diferentes posibilidades que se ofrecen a lo largo del año.


No debemos olvidar que tenemos autores aragoneses de producción nacional 
e incluso publicando en el extranjero que han empezado aquí.
 En Aragón tenemos la base para poder lanzar y dar una oportunidad 
a los escritores y creadores... que son bastantes y buenos.

El mundo editorial está cambiando con la irrupción de las nuevas tecnologías, el libro digital ha evolucionado pero tiene sus limitaciones frente a la edición de papel. Esto supone una motivación muy grande por desarrollar mejores presentaciones, mejores publicaciones en papel porque, aunque parezca mentira, tienen ventajas sobre lo digital. 

Un libro puede subrayarse, se puede hacer una nota en un lateral, pasar página, tiene olor, el tacto del papel es agradable y los autores pueden firmar una dedicatoria en la primera página. Se gana contacto social y comunicación entre el lector y el escritor durante una presentación bien programada, los blogs, las redes sociales... todo suma y todo se puede compaginar.


Hay una cosa que se llama convivencia. 
Los editores debemos defender las ediciones en papel... 
aunque lo que cuesta caro es editar.

Hoy en día se publican mucho más títulos pero se hacen pequeñas cantidades de publicaciones, pequeñas tiradas, para los amigos, para públicos muy concretos...

El mercado está mal en general y por todas partes. La gente tiene miedo a comprar, nos venden una imagen de crisis... en los países del centro y del sur de américa está complicado, el nivel económico es inferior. 


El público que asiste a la feria de Monzón tiene interés por la lectura. El bajón de ventas se nota en todas partes pero la gente de Monzón le tiene amor a su feria, la cuidan y la arropan.

  Enhorabuena a la organización y a toda la ciudadanía por su participación.


Como editor, el cuento Pau y el misterio del Pau-Canfranc es uno de los proyectos que apoya de forma más personal, le provoca orgullo hablar de él. Y es que, en la mayoría de ocasiones, cuando los editores apuestan por las publicaciones pequeñas están apoyando grandes trabajos con empeño personal, se implican en proyectos junto con los escritores.
A través de los autores defienden temas sociales, reivindican unos ideales.


Los editores estamos resistiendo, 
no hay grandezas en estos momentos porque no hay dinero, 
por la crisis pero, sobretodo, por el miedo... miedo a invertir en cultura 
cuando la cultura es lo que tiene que sacarnos adelante.

Joaquín Casanova quiere dejar bien claro que el libro no es caro, es una inversión.



Como dijo Groucho Marx: que si la cultura te parece cara, prueba con la ignorancia. 
Todo está en los libros.



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